El programa La luz del sonido, investiga en las actividades musicales en grupo, como tocar un instrumento, bailar, cantar y escuchar, que liberan endorfinas y oxitocina, reducen el estrés y nos hacen ser personas más felices y positivas.

Cuando escuchamos música se activan las áreas del cerebro que se encargan de la empatía. Son las zonas donde están las neuronas espejo que actúan reflejando las acciones e intenciones de los otros como si fueran propias. De esta forma, podemos sentir su emoción, su cariño, su alegría, su miedo, su tristeza, su orgullo, su pasión...

La música es un código, un lenguaje universal, que está presente en todas las culturas de la historia de la humanidad. Curiosamente, los signos jeroglíficos que representaban la palabra “música” eran idénticos a aquellos que representaban los estados de “alegría” y “bienestar”. Y en China, los dos ideogramas que la representan, significan “disfrutar del sonido”.

Nos interesan los orígenes de la utilización terapéutica de los sonidos y la música. Ya Platón citaba que “la música era para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo”, reconociendo esa relación entre música y emociones, trabajamos con este programa en determinadas cualidades o propiedades que inciden en nuestras dimensiones emocional, cognitiva y espiritual.

La musicoterapia mejora la calidad de vida de las personas mayores y mejora las necesidades de personas con diversidades cognitivas. Este programa esta diseñado para mejorar el bienestar, controlar el estrés, disminuir el dolor, expresar sentimientos, potenciar la memoria, mejorar la comunicación y facilitar la rehabilitación física.

El programa La luz del sonido, presenta 8 Apps en Realidad Virtual, una exposición itinerante, 8 guias didácticas y actividades paralelas.